Para un verdadero colombiano, es muy importante conocer las regiones del país a lo largo y ancho de su diversidad climático–cultural. Entre ellas encontramos las regiones costeras, apetecidas por sus playas y sus paisajes marítimos. La costa atlántica con ciudades como Cartagena, Santa Marta y San Andrés son las más apetecidas por el turismo nacional e internacional.

Encontramos por otro lado la zona andina, apetecida por las metrópolis, reconociendo ciudades como Medellín; Bogotá, distrito capital del país; y Cali, la tercera ciudad más importante de Colombia y troncal comercial de la costa Pacífica con el resto del país.

Encontramos otras zonas que oscilan entre esos puntos clave de Colombia que son: La zona cafetera, los Santanderes, los llanos y la zona nariñense; cada una con su característica y pintoresco influjo cultural.

Pero la pregunta va enfatizada hacia qué manera es la más adecuada para acceder a esta gama cultural del país y cómo hacerlo. En los aviones tenemos la facilidad de que en media, o una hora, llegamos a cualquier destino nacional. Pero, ¿que aspectos negativos tienen los vuelos comerciales?: estos medios de transporte insertan en la atmosfera el 3% de las emisiones de gases invernadero mundial. ¿Y que tan grave es esta situación?

Los científicos consideran que los gases invernadero de los aviones, son mucho más nocivos al ser insertados directamente en la atmósfera, que aquellos desechados en la tierra. [1] Sin omitir la problemática político- ambiental del petróleo, que afecta tanto a las aeronáuticas como a los diferentes países exportadores del crudo. Igualmente la posibilidad de accidentes que causan graves daños personales y ambientales, debido a los residuos que quedan desechados en el lugar del accidente.

Por el lado del uso del automóvil, implica la espera de horas sentados en la misma posición para llegar de un punto a otro; realizando diversas paradas si se viaja con niños o animales, y con la posibilidad de extender más y más el viaje, por que en el carro no estamos absueltos de sufrir accidentes, ni que se nos pinche una llanta, o nos quedemos varados durante horas eternas en trancones por las famosas mulas y camiones. Ó caravanas que ingresan a las diferentes ciudades. Al viajar por carro no se puede tener ningún tipo de afán.

En cuanto a la problemática ambiental, el uso de la gasolina y el desarrollo de la infraestructura vial contienen dentro de si una gran problemática, sin embargo, hoy en día, se están desarrollando soluciones, como el uso de combustibles biodegradables y naturales como lo es el GNC (Gas Natural comprimido), donde su uso desecha menos gases que el uso de la gasolina corriente.

Pero sintetizando lo anterior, y como turista asidua del país, comprendo que la mejor forma de conocer Colombia es por medio del bien conocido viaje familiar en carro. Dentro de las ventajas de estos viajes, se incluyen el conocimiento de la situación social de los corredores entre las ciudades, ver cómo cambia la infraestructura climática de pueblo en pueblo, conocer dialectos y observar la diversidad cultural colombiana, hacer amigos en cada esquina y en cada tienda. Por que cuando estamos de turistas, cualquier pregunta nos la puede solucionar aquel vendedor de la tienda, del restaurante, de la bomba de gas o el vendedor ambulante. Cada uno con su dialecto, con su personalidad y su cultura implícita según la parte del país que estemos visitando.

Otra ventaja que no dejaría de lado son los paisajes: Cruzar las carreteras Colombianas observando cómo con cada curva, pasamos de un departamento a otro, en un trayecto de a veces menos de media hora, como sucede en el corredor del eje cafetero: Viajamos por Risaralda, Quindío y Caldas y con una curva cada tanto nos encontramos en un departamento distinto. Con sus distintos paisajes.

Fotografía: www.flickr.com/photos/fredfraces/2196930542/

Playas en el P.N.N. Tayrona


Al viajar por carro se alcanza a comprender la diversidad vegetal con la que cuenta el país. Y… que va! al viajar por avión y adentrarnos en las espesas nubes, vemos cómo manchas verdes y montañosas cubren en un manto mágico todo el mapa Colombiano.

Es por esta y muchas razones por la que Colombia es la Esquina Verde del planeta. Y como colombianos, como turistas, como seres humanos, tenemos que aprender a no botar basuras en las carreteras, y a saber que sí existe la posibilidad de viajar en carro, en vez de usar el rápido y veloz avión. ¡Aprovechemos la oportunidad de conocer por tierra a Colombia! ¡La Esquina verde de Nuestro Planeta!

Pts. Como viajera asidua aconsejo que los mejores trayectos vía automóvil y los más bellos del país son: El trayecto del cañón del Chicamocha, el cual esta estrenando teleférico en su parque temático; y un viaje a travesando el país desde la sucursal del cielo a la punta de la guajira en el cabo de la vela.
[1] http://www.lukor.com/not-mun/europa/portada/06070434.htm

Cañón del Chicamocha

Mariana Hernandez Nivia

Area Eco-Social

Esquina Verde

Hace poco leí un artículo en el periódico El País, con un título bastante impactante: “Las aves, una amenaza para la aviación”. De entrada sentí indignación, como suele suceder cada vez que me topo con estas muestras de marcado antropocentrismo comunes en el día a día y a lo largo de la historia, especialmente desde los tiempos del Renacimiento. No culpo a sus autores, pues este es un pensamiento que por su antigüedad y conveniencia, está bastante arraigado.

En el artículo, se exponen los inconvenientes que suponen los impactos por aves a los aviones, entre ellos, millonarios sobrecostos operativos de las compañías de aviación. Sin embargo y aunque resulten sorprendentes los riesgos que pueden acarrear los encuentros entre pájaros y aeronaves, no puede desconocerse que han sido ellos los dueños del aire desde hace mucho tiempo atrás, pues evolucionaron desde hace 150 millones de años, mientras que nuestros primeros antepasados homínidos aparecieron apenas hace unos 4.5 millones. Además, pese a lo indiscutiblemente útil y benéfico que ha sido el desarrollo de la aviación para la especie humana, estas máquinas voladoras no prestan ningún servicio dentro de los sistemas naturales y son, por el contrario, generadores de notables impactos ambientales (contaminación atmosférica y acústica, emisión de gases de invernadero, alto consumo energético, entre otros)


Ahora, si las seguimos concibiendo como un peligro para los aviones los colombianos tendríamos un espacio aéreo bastante hostil, pues nuestro país cuenta con mayor número de especies de aves registradas (1.986 a diciembre de 2006, según Proaves) otro de los privilegios de vivir en la Esquina Verde del Planeta.



Fotografía: Juan Fernando Conde Libreros


Lejos de ser esto un factor negativo es una de las cifras ecológicas que mejor hablan de nuestra biodiversidad a nivel mundial. Además, ¿Qué sería de nuestra ciudad, nuestro país y nuestro mundo sin las aves? Son seres que con sus cantos y colores adornan y embellecen las calles, los parques e incluso nuestros colegios y campus universitarios. Nos han acompañado en nuestro trasegar por la tierra y están también en nuestras simbologías, culturas y modos de vida. Cabe anotar, que no todo es maravilloso en esta convivencia ave-humano pues la cacería, la deforestación, el tráfico de mascotas, entre otras indeseables acciones hoy tienen amenazadas al 9% de nuestra avifauna nacional, incluyendo al 62% de los endemismos, que quiere decir, las especies que sólo se encuentran en nuestro país.Ahora podemos preguntarnos, ¿Quién amenaza a quien?


Juan Sebastián Posada Montoya
Area Eco-Natural


Para saber más:
http://www.proaves.org/IMG/pdf/Listado_de_Avifauna_Colombiana_2007_-_Checklist_of_Colombian_Avifauna_2007_-_ProAves-2.pdfhttp://www.proaves.org/http://www.elpais.com.co/paisonline/ediciones_anteriores/ediciones.php?p=/historico/ene182009/PRI

¿Quién contamina mi aire? es una pregunta muy normal, pero no muy frecuente. En estos días todos hablamos sobre el calentamiento global y sobre las nuevas afecciones que se están presentando en nuestra vida diaria, pero no nos damos cuenta que la situación está empeorando, porque nos hemos acostumbrado progresivamente al daño que hemos ocasionado y a nosotros nos parece que no hemos hecho mayor impacto negativo.

Al hacernos esta pregunta llegamos a la conclusión que es nuestra falta de pertenencia por un regalo que nos ha sido otorgado, pero que no lo reconocemos como tal, debido a la normalidad con que lo obtenemos. No es de extrañarse que en unos pocos años se empiece a vender aire, como el agua, ¿hace unos 100 años, quien iba a creer que el vender agua fuera un buen negocio?

Si no queremos llegar a estos extremos, lo que debemos hacer es dirigirnos hacia aquellas prácticas garantes de un ambiente saludable: cuidar nuestros bosques, cambiar nuestros combustibles fósiles por energías limpias y no hacer quemas inapropiadas como por ejemplo: basuras, pastizales.

Fotografía: Jhon Jairo Salamanca


Nuestra Colombia, es un país muy afortunado gracias a que poseemos inmensas riquezas naturales e hídricas, que merecen nuestro cuidado para tener un equilibrio natural y ecológico estable, por eso, debemos tener mayor conciencia en cómo nuestras acciones afectan de manera positiva o negativa nuestro entorno.

Gran parte del pulmón del mundo se encuentra en Colombia y debemos protegerlo y cuidarlo como a nuestra madre, nuestra tierra.

Camilo Jordán
Área Eco Natural