¡Ven y conoce más tu naturaleza, tu espacio, y aprende a cuidarlo!


Este 1 y 2 de Abril, la Universidad Javeriana se transformará en un espacio de participación e interacción de cultura y naturaleza. Un evento que pretende iniciar un proceso de cambio, que permita valorar todas las riquezas naturales y todos los esfuerzos que se están realizando por lograr de la Javeriana, una universidad con conciencia por sus recursos naturales, con gran sentido de pertenencia, y con una cultura ambiental.


El evento desarrollará cuatro temas fundamentales bajo el marco de cultura ambiental y desarrollo sostenible, que hacen parte de la vida cotidiana en nuestra universidad: Ahorro Energético, Recursos Hídricos, Manejo integral de residuos y Biodiversidad


El evento, está organizado por dos grupos estudiantiles de la Universidad: el Grupo Ecológico Esquina Verde y el Grupo de Ingeniería IEEE. Contará con conversatorios y foros abiertos a toda la comunidad, dirigidos por profesionales en cada uno de los temas, exposiciones continuas por todo el campus durante todo el evento, y una diversa programación cultural de cuenteros, grupos musicales y artes visuales. ¡Estás cordialmente invitado! Ven a BioJaveriana y Culturízate con tu ambiente!


Conoce toda la temática y actividades del evento en:
http://biojaverianacali.javerianacali.edu.co/



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Artículo Tomado de ElTiempo.com

Más de dos millones de personas habitan en la región, generando diversas consecuencias para el bosque húmedo más importante del mundo. Si no se toman medidas urgentes, en 40 años podría desaparecer.

Es decir, si se sobrevolara, no se vería ese gran colchón verde e ininterrumpido de árboles que tanto asombra hoy, sino que se observarían manchas, como islas de plantas rodeadas de caminos de tierra, carreteras o edificios. En síntesis, un ecosistema fragmentado que significaría una gran tragedia ambiental.


Se dañaría así el último gran aire acondicionado de la Tierra, como algunos científicos llaman a esta enorme selva, que alivia y refresca su clima, precisamente en tiempos en los que gira recalentada.

Así lo plantea el primer informe GEO (Global Environment Outlook) dedicado al Amazonas, efectuado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), presentado en Nairobi (Kenya).
La jungla tropical más extensa y valiosa del universo, que comparten ocho países (Bolivia, Perú, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Suriname y Venezuela), se está degradando lentamente. También está perdiendo biodiversidad por causa de la deforestación crónica y el cambio climático, según el estudio.


En el Amazonas, cuya área es de 6'250.000 kilómetros cuadrados, se está talando la vegetación para darles espacios a las construcciones de vías y viviendas.


Entre el 2000 y el 2005, la deforestación acumulada en la zona fue de 857.666 kilómetros cuadrados. Esto equivale a las dos terceras partes de la superficie de Colombia y al 94 por ciento de todo el territorio venezolano.

Perder árboles no es solo un daño ecológico, paisajístico o contra la flora local. Esto también reduce las precipitaciones que nutren los ríos.

Se calcula que los árboles del Amazonas aportan más de 8 trillones de metros cúbicos de agua a través de la evotranspiración, un proceso a través del cual el árbol pierde agua en forma de vapor, y este a su vez forma nubes que se transforman en aguaceros, que incluso impactan sobre la región Andina nacional.

Si la pérdida de bosque, que hoy llega al 17 por ciento del total de la cobertura vegetal, se acercara al 30 por ciento, la reducción de las lluvias se volvería más intensa e incrementaría las quemas dentro del bosque.




Como van las cosas, y según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), para el 2050 el bosque húmedo amazónico podría estar desforestado en un 55 por ciento, y sería una sabana antes de que concluya el siglo XXI.


Debido a esta deforestación, la Amazonia, en lugar de reducir el calentamiento global, está emitiendo gases de efecto invernadero que han acentuado el fenómeno.
Esa destrucción de plantas también coincide, y son una consecuencia, del crecimiento poblacional exponencial.

Por ejemplo, en la Amazonia brasileña, en un lapso de 25 años (1975-2005), la red vial se multiplicó por 10, lo que estimuló el desarrollo de asentamientos humanos no planificados. En Colombia, en un periodo similar, la población creció en casi un millón de personas y hoy supera los 2 millones 300 mil habitantes En toda la selva, incluyendo sus zonas de amortiguación, viven 33,5 millones de habitantes.


La llegada del hombre a la selva también ha traído costos a la biodiversidad. En 2007 se reportaron en total 26 especies extintas y 664 especies en peligro crítico.
Coca, minería y quemas, entre las amenazas


Además de la deforestación, la Amazonia resiste otras tres presiones: las quemas, la minería, y en el caso colombiano, los cultivos de coca, le explicó a EL TIEMPO, el colombiano Francisco Ruiz, secretario general de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
"Generalmente los campesinos usan fuego para limpiar pastos o para derrumbar árboles, pero muchas veces este se sale de control y arrasa la flora nativa", explicó Ruiz.

Parte del agua que consumen los ocho países que tienen terrenos sobre el Amazonas sale de esta selva. Sin embargo, las fuentes donde nace el líquido están afectadas por derrames de hidrocarburos, uso de agroquímicos para la agricultura, residuos sólidos de las ciudades y desechos que se producen por la transformación de cultivos ilícitos como la coca.

"Esto es notorio especialmente en el 7 por ciento del territorio amazónico que pertenece al país; de todas maneras la influencia de Colombia en los daños es importante, más no dramática", dijo Ruiz.

En Ecuador y otros países es normal que se explote petróleo dentro de la Amazonia. Y las concesiones para extraer madera, que también causan degradación, son muy comunes en Perú, Bolivia, Guyana, y también en Colombia. El total de terrenos explotados a través de concesiones suman algo más de 24 mil hectáreas.


"Todas ellas deben responder a procesos de planificación del territorio. Pero la extracción de recursos no es sostenible y, por ejemplo, la expansión ganadera para atender los mercados globalizados ha fomentado el progreso de un modelo de producción que, en lo sustancial, no considera criterios de aprovechamiento sostenible", agregó Ruiz.

Javier Silva Herrera
Redacción VIDA DE HOY El Tiempo
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